Esperanza en mitad de la hambruna
El pequeño Minhaj llegó desnutrido y al borde de la muerte a un hospital de Dadaab, donde los médicos le salvaron la vida
Minhaj Gedi Farah nació hace siete meses, pero hace tres volvió a hacerlo. Fue al entrar en el hospital que International Rescue Committe tiene en el campo de refugiados de Dadaab, en Somalia, donde llegó al borde de la muerte.
Desnutrido y anémico, Minhaj llegó pesando apenas 3,1 kilogramos, según explica la organización en un comunicado, huyendo de una de las zonas devastadas por la hambruna. Su imagen dio la vuelta al mundo.
Los médicos le hicieron tres trasfusiones de sangre y le alimentaron con un tratamiento vitamínico intensivo enriquecido con crema de cacahuete, lo que le permitió recuperar peso hasta los 4,1 kilos y abandonar el hospital.
Tres meses después de aquello, Minhaj pesa 8 kilogramos, el peso normal para un niño de su edad, y está practicamente irreconocible. Su madre, Assiyah Dagane Osman, se ha mostrado "muy feliz por el trato recibido" y ha explicado que su hijo "va muy bien".
Ahora Minhaj, según explica la organización, puede reir mientras sus médicos le examinan. "No podemos expresar la alegría que sentimos cuando le volvimos a ver", ha dicho su enfermera. "Es un niño completamente distinto".
Impresionante....
ResponderEliminarMuchas gracias
Hermosa historia, espero que en la próximas fechas que se aproximan, la gente abra un poco más su corazón y echemos una mano a los más necesitados. Un beso.
ResponderEliminarDices bien, Encarni. No todo es fútbol. Tu artículo refleja una realidad, en este caso, con gran alegría al ver cómo, aunque queda un mundo por hacer, llega la ayuda humanitaria a estas criaturas que no pueden alimentarse ni defenderse por sí mismos, por no tener los medios para ello. La solidaridad es necesaria para combatir el hambre en el mundo. Todos tenemos que tomar conciencia y todos tenemos el deber de poner nuestro granito de arena.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu post y un beso.
Preciosa historia.
ResponderEliminarNo todo en la vida es fútbol.
Por eso me rio yo de debates tan absurdos.
Un saludo